Es curioso como a los españoles nos encanta aparecer fotografiados en ámbitos festeros y no en el trabajo donde hay un horario, disciplina, orden…
Solo hay que ver las fotos de nuestros jóvenes. Fotos pletóricas en bares, pubs o discotecas, con amigos, botellas vacías, cubatas y humo. Solo hay que ver esas fotos en las que parece estar legitimizado ejecutar orgías bálquicas, esto es, mostrar el desenfreno, el descaro y la total vaciedad de pudor con ebria alegría, y todo por el pobre pretexto de que son fiestas. Solo hay que ver esas fotos cuyos protagonistas posan como si hubiesen desatado el famoso nudo gordiano, cuando en realidad están sometidos a un contexto monótono, tedioso o sin substancia.
Es bueno divertirse, pero con sobriedad, porque no es más importante divertirse que aquello que dignifica al ser humano sobremanera, esto es, el trabajo, aunque momentáneamente uno lo pase mejor en una fiesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario